En este análisis de SUPERHOT: Mind Control Delete para Stadia, nos sumergimos de lleno con la continuación del novedoso SUPERHOT, el cual llega con muchos cambios que no serán del gusto de todos.
Antecedentes e historia
Si no estamos al corriente de las mecanicas y jugabilidad de SUPERHOT y queremos saber de que va toda esta movida, lo mejor será remitiros al análisis de SUPERHOT en Stadia para entrar en contexto.
El nuevo SUPERHOT: Mind Control Delete se reinventa para tratar de volver a sorprendernos. El juego continua con más mecánicas y jugabilidad a lo Matrix y con mucha elocuencia, pero la propuesta jugable, aunque similar, cambia por completo.
Tecnología
Si el primero rozaba la excelencia con su minimalismo y su estilo propio, este SUPERHOT: Mind Control Delete se supera y os aseguro que estamos ante el juego con menos lag y menos tirones (por no decir ninguno) de los que han pasado por mis manos. A parte de esto, mantiene todo lo que hacia de su predecesor algo único y que hacia que mereciera ser jugado, por lo menos una vez.
En el apartado sonoro también se supera, con unos efectos perfectos. Mención especial a la fase de la discoteca, os recomiendo como en el primer SUPERHOT jugarlo con auriculares y aislaros del mundo por completo, ya que la inmersión es brutal.
Jugabilidad
Aquí es donde los cambios son más palpables y donde quizás no convenza a todos por igual.
Si el primero era un baile perfectamente coreografiado, donde cada movimiento y cada enemigo estaba predeterminado y donde el ensayo y error te llevaban a ser el mismísimo John Wick e intentar superar tu propia demencia una y otra vez hasta hastiarte de tu macabra perfección asesina. En este SUPERHOT: Mind Control Delete nos encontramos con una estructura de fases, donde en cada una de ellas tendremos que batirnos el cobre en varias pantallas consecutivas totalmente aleatorias y con una aparición de enemigos y armas a lo más puro roguelike, cosa que no es que este mal, pero se fulmina de un plumazo la esencia que destilaba el primero y lo convierte en algo totalmente diferente.
Con muchos añadidos eso sí, tenemos más armas, más variedad de enemigos, algunos que solo podremos golpear en partes especificas del cuerpo, otros con armas que no soltarán al morir y para rematar, algunos inmortales de los cuales más nos vale correr ya que las pantallas las superaremos al destruir un numero concreto de enemigos indiferentemente de su tipo.
A todo este alboroto, deberemos sumarle los hacks o mejoras que iremos desbloqueando y que nos permitirán recuperar corazones de vida (otra novedad por cierto) o tener más munición entre otras cosas molonas.
Diversión
Aunque parece que todo este cóctel de novedades sería suficiente para no dejarnos nunca con la sensación de hastió, la verdad es que no lo consigue y en pocas horas ya tenemos una sensación de repetición que el primero no nos proporcionó en ningún momento.
Y no es que no sea divertido, pero la propuesta que nos expone no es ya tan fresca y quizá el nuevo sistema de fases y pantallas aleatorias, no es la mejor opción para este tipo de juego desde nuestro punto de vista. Si la idea y la intención era la de añadir frescura a la propuesta, no ha sido llevada a cabo con total garantía.
Pero no queremos ser aguafiestas, ya que los que disfrutáis de la acción a lo loco y con menos borrachera de perfección en vuestros actos, lo disfrutareis de lo lindo ya que es más largo que el primero e incluso más frenético con todos los nuevos añadidos.